1940: LA SUPREMACÍA DEL EJE
9-abril-1940. Invasión alemana de Dinamarca y Noruega
Incidente naval en aguas nórdicas: Gran Bretaña y Francia amenazan con minar esa zona donde Alemania comercializa con hierro noruego (indispensable para su industria) y además de ser su puerto hacia el Mar Báltico. Alemania responde con la operación Weserübung ocupando con cierta facilidad Dinamarca y Noruega (9-abril-1940).
Ante el fracaso británico, Chamberlain dimite y W. Churchill se convierte en Primer Ministro de Gran Bretaña apostando por la resistencia contra los nazis.
Alemania invade Dinamarca y Noruega
Mayo-1940. Ocupación de los Países Bajos y Bélgica
Alemania ocupa los Países Bajos en una semana (para prevenir el desembarco inglés) y el sur de Bélgica en unas horas.
El 10 de mayo, las tropas aéreas alemanas llegan a Bélgica y los Países Bajos donde se apoderan de aeródromos y puentes. El ejército neerlandés se rinde 4 días después, horas después de que los bombarderos destruyan Rotterdam. Un gran contingente de fuerzas alemanas parte del bosque de las Ardenas, al sur de Bélgica, en dirección a la costa, bordeando la “línea Maginot”.
Alemania ocupa Holanda y Bélgica
Mayo-junio-1940. Ocupación alemana de Francia
A finales de mayo, el ejército germano con su “guerra relámpago” rompe la “línea Maginot” (considerada infranqueable por los franceses) y penetra en Francia. Alemania sabe que debe actuar con rapidez, derrotando en poco tiempo a Francia para evitar tener que luchar al mismo tiempo en dos frentes (el del Este con Polonia y el del Oeste con Francia).
El ejército aliado, formado por británicos y franceses, se ve obligado a retroceder hasta una pequeña playa de la costa francesa, en los alrededores de Dunkerque (donde más de 338.000 soldados aliados son evacuados urgentemente en un salvamento heroico por barcos de la Marina británica y pequeñas embarcaciones civiles para escapar de los alemanes).
El 14 de junio cae París y el 22 de junio el mariscal francés Henri P. Pétain solicita un armisticio en el que cede a Alemania el control del norte y la franja atlántica. Con el consentimiento alemán, Pétain establece su gobierno en Vichy (zona del sureste no ocupada), un gobierno colaboracionista con la Alemania nazi y de corte fascista.
Mientras que el general francés Charles de Gaulle proclama desde Gran Bretaña la resistencia al nazismo y crea, con apoyo británico, el “Gobierno de la Francia libre” en el exilio.
División de Francia en dos zonas: una ocupada directamente por los alemanes (N y O) y otra, la “Francia de Vichy” al mando de Pétain, sometida a los designios germanos (S, E y colonias).
Alemania ocupa Francia
Junio-1940. Ataques italianos contra Grecia y Egipto
Italia entra en la guerra al lado de Alemania. En junio de 1940 ataca Francia sin ningún éxito.
Como consecuencia de sus acuerdos, Hitler tiene que apoyar las iniciativas de los italianos contra Grecia y Egipto (colonia británica), ya que Mussolini aspira a controlar el Mediterráneo y arrebatarselo a los británicos que controlaban el Canal de Suez. Los ingleses coloniales liderados por Montgomery les atacan pero los italianos son respaldados por el Afrika Korps (fuerza militar alemana) del mariscal E. Rommel “el zorro del desierto”.
Campañas italianas en Grecia y Egipto
Junio-1940. Blitz, batalla aérea de Inglaterra
En el verano de 1940 el único enemigo activo que le queda a Hitler en Europa, tras la rendición de Francia, es Gran Bretaña.
El método más rápido para acabar con los británicos es una invasión pero, cruzar el canal de la Mancha supone un gran riesgo a menos que se neutralice la Royal Air Force (Fuerza Aérea Real británica, RAF).
La Luftwaffe alemana bombardea sistemáticamente las principales ciudades británicas (Londres es bombardeada durante 57 noches consecutivas, arde diariamente, y la ciudad de Coventry prácticamente ha desaparecido).
A pesar del Blitz (nombre que reciben estos bombardeos), la RAF le hace frente con éxito. Entonces, Hitler pone en práctica la guerra submarina e intenta bloquear el comercio británico. Tácticas que no sirven de nada.
La insularidad y la supremacía naval y aérea británica impiden el triunfo alemán.
La moral del pueblo británico, con su primer ministro Winston Churchill a la cabeza, se mantiene alta “sangre, sudor y lágrimas”, lema de su resistencia.
Alemania bombardea Inglaterra
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